La construcción del crematorio en la Casa Girón Jardines del Valle ubicada en la Ave. 12 de Octubre y General Veintimilla generó mucha polémica entre los habitantes del sector.
Los vecinos del sector se organizaron para levantar su voz de protesta en contra de la cimentación de un crematorio en el subsuelo del establecimiento antes mencionado.
La cremación es un proceso de deshidratación que logra por medio del calor reducir los restos de una persona en 2 o 3 horas, proceso que a la naturaleza le toma 20 años. Los crematorios de hoy en día son completamente antipolución, pues producen dióxido de carbono inofensivo y vapor de agua. Gracias a la tecnología que implica este proceso, no se produce humo en absoluto.
Los vecinos se presentaron a las afueras de la Casa Girón protestando contra la construcción del crematorio. Los manifestantes, aludiendo que el mismo podría generar un grave impacto ambiental y causar enfermedades entre los pobladores cercanos, decían estar dispuestos a derrocar la obra si el Municipio no lo hacia.
La construcción del crematorio se inició sin obtener los permisos municipales correspondientes, por lo que las autoridades se vieron en la obligación de detenerla. Gustavo Fierro, administrador, declaró que de no ser aceptada la solicitud por el Municipio se procedería de manera inmediata al derrocamiento.
Los crematorios empleados en la actualidad no producen contaminación ambiental ni tampoco podrían ser causa de enfermedades en los vecinos. Por otro lado es indispensable obtener los permisos municipales para su construcción y correcto funcionamiento.
Los protestantes, que se dieron cita por varios días consecutivos, expresaban tanto ira como asco mientras manifestaban su preocupación por “los líquidos que fluyan de los cadáveres”. En realidad, el proceso no da como resultado ninguna clase de líquido. Así, una vez enfriados, los restos cremados son introducidos en una bolsa plástica hermetizada, en el caso de que la persona haya tenido alguna placa o clavo a causa de una operación también esto será depositado en una bolsa plástica. Consecuentemente se han dado otras historias erróneas en torno a lo que podría originar el funcionamiento del crematorio.
Pese a que los procesos legales para la construcción del crematorio no han sido los adecuados, al parecer no es esto ni la nula contaminación que provoca el crematorio, lo que temía la gente de la zona.
Finalmente el cuerpo legal aprobó que dentro de las zonas residenciales de uso múltiple, como es el caso de la zona en cuestión, pueden funcionar negocios relacionados con servicios funerarios donde se incluyen los crematorios.
A pesar de todo, el alcalde de Quito, Paco Moncayo, dispuso el derrocamiento de la construcción y el pago de 1600 dólares a los constructores por haber comenzado la construcción sin el permiso municipal pertinente.
La acción ciudadana puede servir para detener procesos que se inicien de manera irregular. Pero en este caso, parece que fue el desconocimiento lo que provocó unas movilizaciones que llevaron a acabar con esa irregularidad. Fue un acierto por casualidad.
Sin embargo, ¿y si en otra ocasión de nuevo el desconocimiento nos lleva a detener algo que sea perfectamente normal, legal y regular? Primero hay que informarse.
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